El 16 de abril de 2006 entro al terreno de un vecino. Este "hombre" por denominarlo de alguna manera, decidió rociarlo y prenderle fuego ocasionándole quemaduras en un 70% de su cuerpo.
Téngase presente que la perra en cuestión había tenido cría en el anterior celo, y que convive con otros perros y perras.
De la casa del vecino apareció de pronto envuelto en llamas. Fue trasladado a una clínica de la Ciudad de Buenos Aires. Junto con el tratamiento por quemaduras debieron extirparle el pene debido a las graves lesiones ocasionadas.
Quique luchó por su vida y mostró agradecimiento a quienes lo ayudaban y mimaban a diario, los lamía y parecía decirles "gracias" de todas las formas que le eran posibles, pero el horror fue más fuerte.
Lo peor del caso es que a pesar de existir la ley de maltrato animal Nº 14346, esta causa que fue presentada en la fiscalía Nº3 de Pacheco de la provincia de Buenos Aires, cuyo fiscal a cargo es Jorge Strauss, (la causa fue cerrada a las 24 hs) corre el riesgo de quedar archivada, ya que no se considera un delito grave (en otras palabras, no vale la pena es esfuerzo por un simple perro, al cabo hay tantos…)
Diariamente hay miles de anónimos Quiques víctimas del espanto. La mayoría no integran un grupo familiar.